En la vida cotidiana vemos acciones y/o cosas que nos parecen normales y a veces no tanto. No nos detenemos a pensar por qué son de tal o cual manera, las damos por sobre entendidas y no siempre sabemos como funciona.
Una de estas interrogantes, es la que nos motiva en el dia de hoy a compartir con ustedes en nuestro blog el tema de POR QUE LOS NIÑOS SE MUEVEN TANTO?
Los niños de 12 a 15 meses se desplazan con lentitud, se balancean como patos gigantes. Pero después de los 18 meses ya pueden afirmar sus pasos y hasta correr. Lo que nos lleva a plantearnos la siguiente pregunta: Por qué necesitan moverse, por qué corren? Los niños corren para huir de su entorno, de la realidad. Existe una amenaza? de ser así, la actividad motriz del niño plantea este problema en profundidad.
Para el niño o niña de poca de edad, el hecho de poner su cuerpo en movimiento es una fuente de descargar tensiones y entrar en un estado placentero. Ponerse en movimiento, para el niño o niña es reasegurarse así mismo ante la amenaza de la realidad de un mundo al que no conoce y al que deberá adaptarse paulatinamente.
Estas amenazas o miedos es lo que el Dr. Donald Woods Winnicott llama como Amenazas Arcaicas. Se trata de angustias inmensas, primitivas, congénitas, son vivencias de sensaciones dolorosas que traemos desde nuestro nacimiento.
Vamos a ver cuales son estas angustias:
- La angustia de la caída: Es el miedo a hundirse, a caer en el vacío de un abismo sin fondo, caer y deshacerse en pedazos.
- La angustia de la dispersión, de la licuefacción: Miedo a diluirse, a perder los limites.
- La angustia de la fragmentación, a ser aplastado o de estallar: Miedo a la desintegración, de no estar unificado.
- La angustia de romperse: Miedo a ser separado o abierto en dos partes como si se tratase de una nuez.
- La angustia a ser despellejado: Miedo a que nos arranquen la piel.
Ante estas angustias arcaicas o primitivas, la madre y el padre son los mejores y más idóneos agentes para percibir las inquietudes y emociones que el bebé expresa a través de su cuerpo, con sus gestos y de sus movimientos y su papel es aliviarlas, contenerlas y permitirle reasegurarse ante ellas y recuperar su bienestar.
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